Las quejas de la fiscala Rivadeneira
La ratificación de una denuncia penal en Tucumán nunca tuvo la trascendencia que alcanzó la del juez de Impugnación, Enrique Pedicone. Este acto ordinariamente rutinario y formal generó abundantes perlas. Ese paso procesal a cargo de la fiscala Mariana Rivadeneira ocurrió ocho días después de que Pedicone acusara al vocal Daniel Leiva de haber intentado influir en su decisión en la investigación contra el legislador Ricardo Bussi (Fuerza Republicana). Hubo tensiones entre la fiscala y el denunciante en distintos tramos de la ratificación virtual. Rivadeneira saltó primero. “Usted no me está permitiendo dar las formalidades al acto”, dijo. “Usted no me deja hablar”, retrucó Pedicone. Ella luego le pidió que hablara más pausado para que pudieran tomar nota de sus manifestaciones y él aseguró que era su deseo complacerla.
Una imagen actualizada
El acto virtual permitió actualizar las instantáneas de Rivadeneira, que durante casi una década de ejercicio de la función pública se caracterizó por su renuencia a la exposición (ver imagen). Más de uno de los asistentes a la cita de Zoom de la causa “Leiva” subrayó la juventud de la fiscala y no faltó quien llamara la atención sobre su parecido con la vocal de la Corte, Eleonora Rodríguez Campos.
“A ver, doctora...”
“Para dejar en claro, ¿usted va a plantear una cuestión de incompetencia?”, preguntó Rivadeneira a Pedicone. Él respondió: “no, no. A ver doctora, usted está con el viejo Código, lo que yo lamento porque usted debe atender al ‘strepitus foris’ y, como representante de la víctima (sociedad), atenerse al artículo 17 (del nuevo Código) que nos da la vía para que solucionemos esto. De cualquier manera, lo que estoy diciéndole es que suspenda los plazos procesales, y cite al denunciante con su abogado para ver si se aviene a los principios que él pregonaba cuando llevaba la bandera de la oralidad, la transparencia, la contradicción y las audiencias públicas”.
Diferencia en cuanto al ingreso a la sala
En el minuto 19 del acto, justo cuando Pedicone estaba narrando que había depositado los tres instrumentos de prueba en la Escribanía N°100 de esta capital, un ruido externo le tapó la voz. “Por favor, el resto del público silencie los micrófonos”, solicitó la secretaria Julieta Molé. “Voy a decir que a la gente que no ingresó en el horario de la audiencia no se le va a permitir el acceso porque está interfiriendo la realización del acto con sus envíos de mensajes”, anunció Rivadeneira. Pedicone replicó: “usted sabe que con el nuevo Código usted es parte igual que yo. Se supone que usted debe apoyar a las víctimas. Le pido que no prohíba el ingreso; que amplíe la transparencia y que solicite que mantengan el silencio”. Rivadeneira interrogó: “¿sabe qué pasa? Están enviando mensajes (al chat) del Zoom (ver foto) que desvían mi atención”. Pedicone añadió: “le pido que se concentre, pero sin sacrificar la publicidad”. Rivadeneira planteó: “así no es posible llevar el acto. Esto es algo formal y no está previsto en el Código por el que estoy llevando la investigación (1991) que suceda por este medio (la videoconferencia). Se hizo así en razón de que usted compartió las claves de ingreso”. Pedicone insistió: “le pido por la república que no prohíba el ingreso”. Rivadeneira contestó: “pero esto es para que yo pueda estar atenta a lo que usted está manifestando”. Pedicone retó: “bueno, dígame cuando esté concentrada y seguimos”. Rivadeneira: “lo estoy y le pido por favor que guarde las formas. Le explico que la gente está mandando mensajes al chat del Zoom que me hacen desviar la atención. La verdad es que yo admiro su capacidad para concentrarse. Estoy haciendo una disposición de orden. Lo escucho”.